Hoy Chile experimenta transformaciones en su sistema universitario. El Gobierno ha priorizado afianzar una política de gratuidad universal, la creación de dos nuevas universidades estatales (Aysén y O’Higgins), y de CFTs estatales en todas las regiones.
Estos cambios han dado pie a una serie de interrogantes sobre la institucionalidad (sistema de gobierno o gobernanza universitaria) necesaria para asegurar la calidad de la educación superior y el buen uso de los recursos públicos. Es, a su vez, pertinente consultarse por las relaciones que se establecen entre los rectores, sus equipos de colaboradores, y los integrantes de sus máximos cuerpos colegiados (MCC). Es decir, cómo se ‘gobierna’ y/o ‘administra’ una universidad, considerando la diversidad de intereses, la asimetría de información, sus sistemas de compensación e incentivos, formas de generación de sus autoridades y los mecanismos de control interno y externo, entre otros factores que se desprenden de las teorías organizacionales.
Investigadores de la Universidad de Los Lagos se propusieron responder a estas y otras preguntas, y analizar la percepción de expertos en educación superior de Iberoamérica respecto de cómo se dan las relaciones de agencia entre los equipos rectorales y los integrantes de los MCC en las universidades de Latinoamérica.
El estudio, denominado “Sistemas de Gobierno de las Universidades Iberoamericanas, un análisis desde la teoría de agencia”, contó con el respaldo del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT) en su modalidad Regular 2013. La investigación tuvo por investigador principal al Dr. Francisco Ganga, y por co-investigador al Dr©. Juan Abello, ambos del Departamento de Ciencias del Desarrollo de la citada universidad.
Entre sus objetivos la investigación se planteó aplicar la teoría de agencia y de los gobiernos corporativos al conjunto de los gobiernos de las universidades latinoamericanas, junto con contextualizar la realidad latinoamericana considerando los datos históricos más relevantes. Para ello se realizó una acuciosa revisión bibliográfica lo que devino en un análisis pormenorizado del concepto de gobernanza y una detallada descripción de la constitución de los gobiernos universitarios desde una perspectiva histórica.
La investigación, posibilitó recopilar 981 estatutos y 232 documentos complementarios que norman las formas como se gobiernan las universidades en Iberoamérica. A su vez, logró aplicar 854 encuestas a autoridades superiores, intermedias, profesores e investigadores de universidades estatales, privadas y confesionales de toda Latinoamérica. De su aplicación se pudo establecer, entre muchos otros datos relevantes, que el 64% de los consultados perciben asimetrías de información entre el rector y los integrantes de los MCC; de estos, el 54% considera que esta asimetría es de un nivel alto. Ahora bien, al cruzar estas respuestas con el cargo del encuestado, se logró determinar que a mayor participación en las instancias de toma de decisión institucionales menor asimetría se percibía.
Otro antecedente que arrojó el instrumento dice relación con la efectiva divergencia de intereses que se evidencia en la relación entre el Rector y los integrantes de los MCC. Los expertos consultados consideran que la razón principal de ello se debe primordialmente a la inexistencia de canales formales y eficientes de comunicación entre estos factores.
A la luz de estos productos, se considera necesario, fomentar la conformación de redes de investigadores que estudien los sistemas de gobierno de las universidades, en Latino e Iberoamérica, y con países de otros continentes. Esto permitirá hacer análisis comparados y generar nuevos conocimientos, los que aún son incipientes. Es asimismo necesario, según se describe en las conclusiones de la investigación, incorporar nuevas fórmulas para la generación de los máximos directivos, realizar esfuerzos para que las universidades se abran hacia nuevos grupos de interés (tanto interno como externos), corregir estatutariamente los potenciales conflictos que se producen cuando un máximo directivo dirige o lidera también el MCC, buscar fórmulas organizacionales y reglamentarias que disminuyan las brechas informativas, y avanzar en decisiones estratégicas y tácticas que posibiliten una mayor convergencia ente quienes ocupan los máximos cargos directivos y los integrantes de los MCC. En síntesis, proponer nuevos estándares de buen gobierno universitario. Cuestión que hoy en día resulta más que necesario a la luz de las transformaciones en ciernes de nuestras universidades, y la exigencia pública por su modernización, eficiencia, participación y orientación hacia sus territorios y comunidades.